Época: Hispania republicana
Inicio: Año 237 A. C.
Fin: Año 30 D.C.

Antecedente:
La sociedad en la Hispania republicana
Siguientes:
La Hispania céltica



Comentario

Tenemos constancia de que, en algunas áreas ibéricas, los pequeños estados se organizaban de modo que unas comunidades extraían beneficios de otras que tenían la condición de dependientes. Respondía a un modelo antiguo de dependencia muy extendido en el mundo colonial griego del período arcaico así como en el ámbito territorial de Cartago. Cuando el historiador Polibio relata la revuelta de los mercenarios en Cartago a raíz de la I Guerra Púnica, nos dice que algunas comunidades norteafricanas dependientes pagaban al Estado cartaginés hasta un 50 por ciento de sus ingresos.
Nosotros venimos entendiendo que, en el texto del decreto de Emilio Paulo referido a la torre Lascutana (189 a.C.), la población de Lascuta era dependiente de la de Hasta, servi Hastensium. Del propio Asdrúbal se refiere que sofocó una revuelta de Cartagena en la que mató a 8.000, apresó a 2.000 y a los restantes los redujo a esclavitud para que pagasen un tributo, según Diodoro (XXV, 10); pero nadie podía pagar un tributo si no disponía de la posesión de unos bienes, lo que se corresponde bien con una forma de servidumbre comunitaria.

A partir de la conquista romana, esta forma de dependencia tiende a desaparecer frente al avance progresivo de la implantación de la esclavitud. Ahora bien, la mención de unos dependientes de poblaciones urbanas, oppidanorum servi, que figuran entre las tropas pompeyanas de Hispania y otras pocas referencias permiten pensar que aún quedaban restos de esa modalidad de servidumbre comunitaria a fines de la República.

El relato de los autores antiguos sobre la muerte de Asdrúbal en el 221 a.C. ha sido objeto de discusión. Para Marco, el asesino era un esclavo que quería vengar la muerte de su dueño; otras expresiones del relato permiten sostener que se trataba de un devotus, un dependiente vinculado por decisión propia a otro. En todo caso, nos consta que había esclavos en muchas ciudades ibéricas y no sólo servidumbre comunitaria. Así, en la toma de la ciudad de Cissa por Escipión el 218 a.C., el ejército romano se apropió de esclavos como parte de su botín de guerra (Livio, XXI, 60, 8). A raíz de la toma de Sagunto, su población fue vendida por toda Hispania (Livio, XXVIII, 39). Y hay otros testimonios semejantes.